martes, 13 de diciembre de 2011

¿Cuestión de Blanco, Negro o Gris?




Pensar, sentir, fluir?. Dejar via libre para uno de ellos, intentar, sí.. probar quizá.. o frenar un poco? Descubrirme viviendo algo que nunca permito, intentar ser estable con alguien corriendo el riesgo de jugar con él?. No, ser mujer buena, ser mujer mala. ¿Cómo integro a las dos? ¿Cómo integrarme a mí? Tantas partes dispersas, tantos pensamientos dispersos, contradictorios, bailan según mis días, según las palabras de alguien más, y según mis pensamientos. Cómo sé a qué le estoy haciendo caso?, si a la gente, si a mi cabeza, si a lo que siento, no sé qué es lo que quiero, ni qué es lo que necesito. No sé si tengo o quiero estar sola, o si quiero vivir lo que siempre he querido con alguien. Si no estoy conforme conmigo, como puedo esperar que alguien más lo esté? O que yo lo esté con alguien mas?. El problema son las personas que voy conociendo, o soy yo conociendo a estas personas?. El problema es mi inseguridad, mis dudas, los remolinos que tengo en la cabeza o los demás que “por algo” no serán los indicados?. Hasta dónde tengo cobardía? hasta donde pongo excusas? y hasta donde está bien lo que decido? Y por qué darle tanta importancia a si está bien o mal?. 
Hago y deshago a mi antojo, digo y desdigo. Soy un dia blanco y al otro el negro. Cuándo voy a poder hallar mi punto medio, mi gris, mi equilibrio? Y cómo?. Lo podré encontrar sola, en mí, sin estar en una relación? O lo encontraré intentando querer a alguien?. No me quiero a mi misma, no me creo suficiente? o en realidad me quiero demasiado como para compartirme y entregarme a alguien que puede hacer y deshacer-me como le guste?.  Y si el problema de a ratos es un poco de los dos? Y si en realidad no me conformo con nadie ni nada porque no estoy conforme con quien soy?. Y si es así, tengo que aceptarme a mi misma o cambiar?. Cómo hago para dejar de ser tan inestable? Para dejar de poner un día primera, al otro día freno de mano, y al otro quinta, como si las personas fueran la autopista. Como si yo pudiera armar y desarmar lo que ocurre, como si yo fuera “jugando” con lo que las personas sienten sólo porque no puedo “armar” una persona entera con todas las partes de mí que parecen estar disociadas. Como si yo fuera armando un rompecabezas, pero encastrando las piezas a mi antojo, no tal y como deberían ir. Pero, no sé hasta qué punto yo puedo elegir cómo van esas piezas y hasta qué punto la vida, los hechos me van indicando que no puedo estar armando y desarmándolo de un día al otro, según mis caprichos, según mis ganas, o mis no-ganas.
Hacer lo que siento, o hacer lo que pienso? O peor quizá hacer lo que siento en contra de lo que pienso, o hacer lo que pienso sin tener en cuenta lo que siento.
Llega un punto en el que tener tantas preguntas, intentar hallar el tercer punto entre tantas dualidades, hace que ya no sepa quién soy, o cómo soy realmente. Ya no estoy segura si estoy siendo como quiero o como puedo.. 

martes, 6 de diciembre de 2011

FRAGMENTOS


Hace mucho, quizá meses, que no escribo... Podría atribuirlo a la falta de tiempo, o bien como siempre, a mis pocas ganas de enfrentarme a lo que siento, y a cómo pienso.
Nunca había experimentado lo que era estar en contra de uno mismo, tener algo así como dos o hasta tres pensamientos paralelos, tener tantas dudas e inseguridades. Claro que lo debo haber pasado, quizá años atrás, pero nunca a este nivel. Nunca me sentí tan enojada o molesta por ser quien soy, por no poder decidir sobre qué hacer, sobre si algo está bien o mal para mí, no para el resto del mundo. Me cuesta cada día más hacer las paces conmigo, no verme como una enemiga, sino intentar actuar como una persona íntegra, no dividida.

Es increíble darme cuenta de tantas cosas hoy, de tantas decisiones que tomé hace un año o dos, verlas ahora con otros ojos, con otra claridad, con otra intensidad y nitidez. Ver qué tanto me faltaba y aún falta por aprender.
Soy fiel a creer que las personas pueden cambiar, o por lo menos de eso intento convencerme, de que cuando se vive lo suficiente el cambio se da por sí solo, pero ¿cuándo será suficiente? ¿Cuándo voy a poder mantener una decisión hasta el final, una idea, un sentimiento?
Pareciera que es divertido y hasta fácil, entretenido estar conociendo a alguien cada un mes o dos, pero siento que estoy acortando los tiempos, que estoy pasando el tiempo y la vida simplemente por pasar, que todo transcurre en frente mío y yo simplemente miro. Y, cuando decido dejarme llevar por el momento, disfrutarlo sin importar las consecuencias, mi terca cabeza se encarga de castigarme por un tiempo. Pero, cada vez que conozco a alguien es como si todos mis sentidos  se agudizaran, como si sintiera con cierta intensidad pero a la vez tan tenue que no logro notarla, sabe ser disimulada. Comienzo a pensar y proyectar un futuro ya sea en días o sea en meses, comienzo a hacer planes, a intentar integrar a esa persona a mi vida, intentar arriesgarme a que conozca todo de mí y aun así decida quedarse. Es por eso que dejar a alguien ya sea después de un mes, de dos, o de algunas pocas semanas, no es tan fácil como suelo plantearlo. Lo es sí, es más fácil abandonar el campo antes de que el campo me abandone a mí, pero se depositan ciertas cosas en esa otra nueva persona, se deposita cierta confianza, por más que en mi caso sea mínima, cierta ingenuidad, cierta ilusión. Y esa persona deja aunque sea muy corta o muy chiquita, una huella en mí, y quedan en mí las cosas que esa persona dio, me brindó, quizá sus deseos, sus planes, sus ilusiones. Y yo decido cargar con darle el fin a todo eso siempre, ya sea por cobarde o porque no sirvo para esto, pero termino por hacerlo una y otra vez, y termino por sentirme fragmentada, como si tuviera muchas y pequeñas grietas, como si partes de mí se fueran gastando cada vez que digo adiós y corro lo más rápido que pueda.
Nunca fui buena corredora físicamente, nunca tuve mucha resistencia, pero en cuanto a correr y evitar las situaciones que me pongan al pie del cañón, soy toda una experta.
No puedo, sin embargo, seguir hablando de mi cabeza, o de mi mente como si fueran algo exterior a mí, yo soy mente, cuerpo y sentimientos, yo decido ya sea en base a uno de ellos o en base a todos. Es sólo que cada vez se me hace más difícil saber a qué pensamiento hacerle caso, o bien si hacer lo que siento, ya que no siempre esto último es lo correcto, no siempre lleva a una buena solución.
Así que vamos sumando, además de no aceptarme, de sentirme fragmentada o cansada, me siento perdida también, me siento incoherente. Tengo principios que no sigo, pensamientos que no respeto, deseos que no llevo a cabo y todo por miedo, por equivocación, por temer a que los demás me juzguen cuando soy yo la única que no paro de juzgarme.
Claramente tengo asuntos que resolver conmigo y mi alter-ego como me gusta llamar a esa parte de mí que no quiero, quizá porque no la comprendo, quizá porque me hace sentir culpa por todo, quizá porque le tengo tanto miedo que prefiero hacerle caso a tener que soportar los castigos. Quizá hay muchas cosas que no estoy comprendiendo sobre mí, supongo que tendré que averiguarlo sola, nadie más puede darme la seguridad que tengo que conseguir por mí misma, o bien nadie me va a ayudar más que yo misma a poder reconciliar esas partes que están tan escindidas en este momento. 

domingo, 13 de noviembre de 2011

Con miedo despiertas, cada mañana. Con miedo tu empiezas, con miedo tu juegas...
Estas enfadado con todo lo que hay cerca de ti. Nunca te has gustado, y vives exigiéndote al máximo siempre..
CORAZÓN, AHORA TIENES QUE PEDIRTE PERDÓN POR CREERTE SIEMPRE FEO Y CULPABLE Y SUFRIR CADA VEZ QUE SALE EL SOL ♪

El canto del loco

jueves, 3 de noviembre de 2011

"Estoy tratando de decirte que me desespero de esperarte, que no salgo a buscarte porque sé que corro el riesgo de encontrarte, que me sigo mordiendo noche y día las uñas del rencor, que te sigo debiendo todavía una canción de amor."

Joaquín Sabina
"...Y acá me ves, escapándole al fuego que sigue quemando. Esa oración, libertad, ansiedad, un amor, soledad. Y así vivir mucho mejor. Todavía siento ganas de llamarlo alguna vez y decirle que cuando el se fue un viento me arrancó de pie. Todavía que respiro, nene cuando salgo a nadar por un mar oscuro, donde todo es duro y el agua se hace cristal. Todavía que me rio del amor, del café y de dormir. Y si lo sufrí fue casualidad, un error nunca te hace mal. Pero si con vos tanto me alejé que volé y jamás regresé". 
Guasones


jueves, 15 de septiembre de 2011

A un ritmo distinto



La mente nunca es lista, y tampoco nunca está lista para lo que viene. No se prepara para todo, puede que anticipe algunas cosas, puede que tenga ciertas ideas anteriores a las experiencias, puede que organice luego lo que vamos viviendo para poder comprenderlo un poco mejor, pero no está lista siempre. Hay cosas que por más que las vivamos una y otra vez, siempre las recibiremos de maneras distintas, hay vivencias, situaciones, que pueden darse con diversas personas de un modo parecido, pero jamás serán las mismas.  
Cada cosa que vivimos es irrepetible, el error está en querer repetir el mecanismo de marcha, con esto me refiero a que nos acostumbramos a veces a hacer las cosas de una cierta manera, creemos que a NUESTRA manera, y según NUESTRO modo de ver la realidad, siempre estaremos bien, a salvo y bien cómodos. Pero, a veces sucede que mientras la vida marcha a tu ritmo, con tus ideales, con tu manera de actuar, con tu propio paradigma, llega una ráfaga de viento que no esperabas y que te hace perder el equilibrio.
Llevabas tu vida en una máxima estabilidad, con una monotonía increíblemente cómoda, repitiendo quizá las mismas acciones,  o el mismo ritmo con cada persona que aparecía, y ahora te encontrás perpleja, sin punto de apoyo, totalmente desequilibrada. Y sentís sí que te están desestabilizando, que te están llevando a un ritmo apacible y tranquilo, quizá el ritmo que siempre debiste llevar, pero es desconocido, es extraño y te genera miedo.
Sí, miedo… y nerviosismo, por no llamarle histeria, estabas tan acostumbrada a rondar, a ser la que siempre iba y venía, la que nunca tenía tiempo para este tipo de cosas, la que tenía siempre mejores prioridades, más importantes e individualistas claro, y no podías nunca dejarlas de lado por vivir algo increíble, No, jamás... No era algo a lo que pudieras acostumbrarte… Y ahora? Ahora es gracioso verme de este modo, ahora es hasta cómico ser la que no sabe qué lugar ocupar, si buscar o ser buscada, si avanzar o quedarse esperando, si decir o no decir algo, si proponer o esperar la propuesta…
Es vértigo, sí, exactamente vértigo lo que me están dando a probar, un poquito quizá de lo que debí haber comprendido hace tiempo: que no siempre las cosas marchan al ritmo deseado, que a veces es mejor dejar ciertos espacios de por medio para mantener el magnetismo, que de ésta manera quizá pueda quedarme en un mismo lugar, no lo sé, pero espero que este viento que está soplando me haga quedarme y dejar de una vez por todas de ser tan inconstante…  
Es inevitable, hay veces mas notorias que otras en las que mi deseo de querer controlarlo todo, me lleva a pensar y maquinar en una realidad que no tiene existencia alguna. Es increíble que tan sucio puede jugar el orgullo y qué tan astuto puede ser... Deberé aprender un poco de la calma y dejarme llevar a este ritmo distinto pero agradable...

El proyector


"Siempre que dos personas se enamoran, no hay dos personas sino cuatro: el amante, el amado y, entre estos dos, el amado creado por la mente del amante y el amante creado por la mente del amado. Estos dos últimos son sueños, estos dos van cambiando.
Tarde o temprano, cuando el sueño se rompa, serán dos, no cuatro. Siempre que sean dos habrá dificultades. Entonces te gustaría volcar la responsabilidad en el otro: «Es por el otro». Y de nuevo vuelves a no darte cuenta de la cuestión. Esto quiere decir que crearás el mismo sueño en torno a otra persona, porque pensarás: «Esta no me va a engañar, y además ahora soy más listo».
Pero la mente nunca es lista. La esencia de la mente es la estupidez, así que nunca puede ser lista. Puede ser astuta, astuta en su estupidez, pero nunca puede ser sabia. Esa no es su naturaleza, porque la sabiduría sólo llega cuando el soñar desaparece. Así, si soñar es la realidad básica de la mente, esta nunca puede ser sabia.
Un buda es sabio porque ya no tiene mente. Vive desde la no-mente: todos los sueños han cesado. Ve las cosas tal como son. Tú nunca ves las cosas tal como son; las mezclas con tus ilusiones y tienes miedo de mirar directamente porque sabes, inconscientemente, en algún lugar profundo de tu ser, que las cosas no son como tú las ves.
Pero crees que ver la realidad de las cosas será demasiado, demasiado duro; puede que no seas capaz de soportarlo. La mezclas con sueños para hacerla un poco más dulce. Piensas que es amarga, así que la cubres con una capa de azúcar. ¿Crees que si en sueños cubres a una persona con azúcar se volverá dulce? No, sólo te estarás engañando a ti mismo, a nadie más. De ahí tanta desdicha.
La infelicidad ha sido causada por tus sueños, y uno tiene que ser consciente de este fenómeno. No vuelques la responsabilidad en el otro, de ser así crearás otros sueños. Date cuenta de que quien proyecta eres tú, pero es difícil darse cuenta.
En una sala de cine, tú miras a la pantalla, nunca miras hacia atrás; pero el proyector está a tu espalda. La película en realidad no está en la pantalla; en la pantalla tan sólo hay una proyección de luces y sombras. La película está justo detrás de ti, pero nunca miras hacia allá, y allí es donde está el proyector.
Tu mente está detrás de todo esto, la mente es el proyector. Pero tú siempre miras al otro porque el otro es la pantalla. Cuando estás enamorado de alguien, esa persona te parece hermosa, no tiene comparación. Cuando odias, esa misma persona te parece horrible pero nunca te das cuenta de cómo la misma persona puede ser la más horrible y la más hermosa."

Es así entonces que supongo siempre proyectaremos una pantalla en los demás, una pantalla que nos permite ver lo que queremos ver de ellos, es por eso que cuando percibimos lo que no nos gusta, nos decepciona en gran medida. No creo que sea fácil dejar de cubrir al otro de todas nuestras expectativas, o cargarlo de todo lo que nos gustaría que fuera e hiciera, pero sí pienso que al ser un poco mas conscientes de esto, podemos pararnos un minuto a pensar entre tanto que gira la vida, entre tan rápido que suceden las cosas, que no siempre toda la culpa la tiene un otro, a veces, y creo que la mayoría de ellas, el problema está en nosotros y en nuestro modo de ver el mundo y a las personas que tenemos cerca. 
Nosotros mismos proyectamos, reproducimos una pantalla, nunca podremos mostrarnos tal cual somos, mostrar nuestra realidad, porque además de que esto nos volvería completamente vulnerables, no seríamos aceptados, y eso es un costo que muy pocos estarían dispuestos a pagar...

martes, 13 de septiembre de 2011

Smile a little


 Aquel verano aprendí que aun cuando una parte de nosotros duele y está completamente herida, el resto, puede seguir caminando, y puede seguir sonriendo. Así es como me veía, siendo, aunque sea por cortos momentos, feliz, intentando sonreír a pesar de que la realidad me golpeaba. Recuerdo que hubo un día en el que estuve con mis amigas en la playa, y me divertí mucho, y verme así me demuestra que nunca se debe dejar de sonreír, que siempre se puede ser fuerte y ser débil, pero la sonrisa siempre está, y es lo que plasma que estamos contentos, que somos felices en aquel momento.

Hay ciertas vivencias que tenemos que nos impulsan a cambiar, aquellas para las que uno no está listo pero que ayudan a crecer, a superarse, a aprender y ver que si miramos un poco hacia atrás, hacia nuestra historia, nuestros recuerdos, todo se resume al cambio, a que no seríamos los que hoy somos si no hubiéramos pasado por lo que pasamos.
Tal vez mi pasado fue más fácil o mas feliz que mi presente, pero sé con seguridad que yo elijo como será mi futuro, y me veo aprendiendo tal y como lo he estado haciendo hasta ahora, aprendiendo a ser yo misma, formando mi carácter, estudiando lo que me gusta para luego trabajar de eso y tal vez no sentirme llena, porque pienso que el ser humano nunca se siente completo, pero sí sentirme bien conmigo y con lo que vaya a hacer. Más adelante, poder vivir sola, independizarme, tener quizá mi propia familia. No me gusta demasiado pensar en el futuro, no tengo establecido lo que voy a hacer porque por más que me gustaría saberlo o averiguarlo, intento pensar que yo soy quien soy por lo que voy viviendo en el ahora, creo en poder pensar en el momento, aunque el momento se vaya unos segundos después de disfrutarlo, aunque el futuro sea cada minuto que le sigue al presente. 

lunes, 12 de septiembre de 2011

Un poco más

Habrá que desempolvar el disfraz de valiente y salir a tropezar..
Quitar un poco el miedo, olvidar cuánto miedo tuve alguna vez y hablar, 
Ser fuerte para escuchar lo que sea que tengas que decir, animarme y tomarlo con calma
puede que me golpee, puede que me decepcione mas de la cuenta, pero no va a ser fatal
Has sido mi figura de apego durante toda mi vida, y me he alejado mas de lo que
debería, me he estado mirando el ombligo un largo tiempo, 
es hora de oírte a vos, y ver si lo que pueda hacer alcanza para verte feliz aunque sea
por un tiempo, porque en el fondo es lo que siempre he querido
Si fuiste mi ejemplo a seguir cuando era una nena, se que puedo verte de nuevo así una vez mas
y sé que puedo ser fuerte y escuchar tu verdad sin importar que tan dura sea
no quiero equivocarme de nuevo, no quiero volver a la burbuja anterior
Si hay algo que pueda hacer para verte un poquito mejor, lo voy a hacer.. 
No puedo curarte y tampoco puedo darte todo lo que querrías o lo que quizá 
hubieras querido hacer en tu vida, pero si he estado acá y he vivido todo esto a tu lado
tengo que poder ayudarte un poco más, por lo menos por todo lo que has hecho por mi SIEMPRE...



sábado, 10 de septiembre de 2011

 
Lo que pasó fue para bien,
no lo trates de entender, 
sabés que ya no hay vuelta atrás 
tuvimos la oportunidad

Y si algo aprendimos en el mundo 
es que el mejor momento aún no vino, 
está por llegar

Confiá.- 

(FITO PAEZ)

lunes, 29 de agosto de 2011

Sol

"Nos pasan tantas cosas en la vida, que si aparece el sol hay que dejarlo pasar"
 (FITO PAEZ)



Y sí.. incluso aunque se lo quiera frenar, hay que dejarlo pasar, por lo menos por un rato lo dejaré entrar y veré si me da calor por lo menos en mis ratos fríos, veré quizá un universo nuevo, distinto a los que antes he visitado. Veré por si acaso, andaré con cuidado, con mucha cautela para que ese sol no me queme demasiado, pero después de haber hecho del escapismo un arte perfecto, deberé dedicarme quizás a quedarme en un sólo lugar, dejar de escapar de todos los soles que se prenden. No pisaré el acelerador esta vez, tan solo veré, y si debe llover, que llueva lo que tenga que llover, por lo menos tendré un lindo día de sol que recordar..

domingo, 14 de agosto de 2011

BOSQUEJO


No creo estar tratando de encontrarte en cada reflejo, eso sería buscar en vano. No creo estar actuando como si nunca hubieras existido, eso sería idiota. No creo estar dejándote del todo atrás, tal y como dije que haría, tal y como siempre intento hacerlo, convencerme, y no fallar en el intento. No creo que mil besos de otras bocas me dejen cerca de tu estación, no creo que deba seguir acumulando pasajeros a este barco que hace rato navega perdido, y sólo, sin rumbo, con media proa y con la popa destrozada. Llevando como bandera un corazón maltrecho y cerrado, señalando solamente aquel rumbo al que no debe volver, dándome sólo dos opciones: continuar en esta especie de juerga sinsentido, o convivir con tu recuerdo otra vez. No creo tener la valentía suficiente, y las ganas como para elegir la segunda opción, pero es que la primera me vacía tanto de mí misma, me llena de nada, de mera diversión poco profunda, tan lejana a mí. Y ya ni siquiera estoy segura de que cuando digo Recuerdo, me esté refiriendo a él, quizá ese recuerdo permanece pero ya no duele, ya no siento que duela, solo extraño las sensaciones que solía provocarme, y quien era yo en ese entonces, tan inocente y enamorada, tan suave y completamente perdida por alguien que movía todo mi universo.
Pero, si no es otra la que toma las decisiones, será que me estoy equivocando como se equivocan los aferrados al pasado?, será que me resigné a encontrar a alguien más? A que será eterna la espera si sigo creyendo poder hallar algo así en otro lugar?

Será que me creo más, que me creo mejor que cualquiera? Tanto como para no dejar a nadie poseer aquello que solo a pocos he dado. Sigo sin entender por qué decido como decido, por qué sigo en esta etapa absurda, si lo que en el fondo siempre querré será algo mucho mejor, algo complicado quizá sí, o tal vez no. Creo firmemente que son pocos quienes saben realmente cual es su deseo en la vida, qué es lo que realmente buscan y quieren, y los admiro, porque yo jamás lo he sabido, y supongo que no quiero saberlo del todo.
No se si quiero seguir merodeando asi.. yendo y viniendo sin estar en ninguna parte realmente, sin poder ser yo misma con nadie, no sé si quiero seguir en este estado de semilibertad, porque aunque me crea libre, no puedo serlo, simplemente me mantengo encapsulada en una fragancia interminable y perpetua de diferentes colores y aromas, una especie de limbo donde reina la indiferencia, donde las puertas están cerradas a lo más sublime, a lo que todos quieren y mueren por tener, a lo que cualquier persona normal abriría su corazón sin pensarlo dos veces, y lo dejaría palpitar a ese ritmo consonante y concordante con otro corazón, con otra media mitad.
Sin embargo, acá y así permanezco yo, sin conocer todavía lo que es dar amor, deseando ser amada, deseando ser deseada, sólo por curiosidad, esa curiosidad que termina por irse cuando siento lo suficiente, y hago mis pocas valijas, con mi poco equipaje, y me voy.. con nada más que conmigo y mi reflejo en el espejo, queriendo evitarlo, claro.. pero siempre termina por recordarme qué tan sola estoy, y qué tanto estoy perdiendo mi tiempo y mi vida en esta especie de vida rodante, con un corazón que viaja ligero a donde quiera que va, sin candados porque él mismo es un candado, supongo que sólo una fue la llave y desde que emprendió ese viaje lejos de ella, ha permanecido cerrado por derribo. Y continúa un poco así como congelado, en un estado de gracia, sutil pero errante, febril pero agotador, vacío completamente de sentido, y en completo desacuerdo con mis decisiones. Sin embargo, como siempre, mi razón termina por darle la espalda, y continuar enmudeciéndolo. 

Por eso, llave número dos, si estás ahí en algún lugar, quiero que sepas que es hora de que intentes abrir este corazón, no prometo darte lo mejor de mí, porque creo que alguien más se lo llevo cuando lo dejé ir, lo lamento, no me di cuenta que se llevaba más de la mitad de mi consigo, pero prometo intentar darte lo que soy ahora, puede que no sea mucho, pero soy muy buena aprendiendo sobre la marcha, quiero que sepas que te espero y que quien quiera que seas, hay una vacante aquí que te pertenece…
Mientras tanto, continuo realizando un bosquejo de lo que intento ser, puede que me esté equivocando y puede que lo haga una y otra vez, puede que actúe a veces por impulso, puede que a veces analice demasiado las cosas más simples de la vida, y hasta puede que este corazón decida dejarme un día de estos, que decida irse de estas cuatro paredes que le construí, y puede que yo también quiera irme con él, quién sabe, uno nunca puede adivinar lo que querrá… 

lunes, 8 de agosto de 2011

I asked myself why 
Can I never let anyone in? ♪


Would it be a narcism thing? would i be too much selfish? I'm tired of threwing away moments and people, sometime I'll have to let the love into my life, with all the risks that it has. 
  

Y tendré que hacerlo bien, no simplemente hacerlo, tendré que entregar mi alma y algo más, tendré que dejar de pensar en mí y preocuparme por el otro, darle todo lo que pueda darle. 
No creo ser la única persona en el mundo que decide viajar con un equipaje tan liviano, llevando consigo solamente su libertad, pero quisiera dejar de serlo. Quisiera dejar de correr sinsentido hacia todos lados. Quisiera abandonar esa melodía recurrente de Sabina "escucha una cosa, que te voy a decir... el caso es que no puedo enamorarme de ti..." porque si bien su música me inspira, esta canción en particular y desde mi punto de vista, trata sobre un alma solitaria, vagabunda, gitana y egoísta que no puede dar amor. Y en qué resulta todo eso? en un alma infeliz, que no conoce una de las mejores maravillas que existen. Un alma tan racional e inteligente que corre de cualquier mínimo atisbo de daño, aún cuando ni siquiera alcanza a transformarse en daño. Ella corre y sigue corriendo hacia un camino sinuoso y solitario, pero seguro en fin. 
Sin embargo lo que digo es Quien carajo quiere estar seguro así? Pareciera que yo, pero no es algo que pueda controlar.


lunes, 1 de agosto de 2011

QUIZÁS SOLO PASE UNA VEZ

“Estas esperando un tren, un tren que te llevará lejos. Sabes que quieres ir en ese tren, pero no sabes a dónde te llevará. Pero no importa, por que estaremos juntos”…


Realmente así de simple debería ser ¿no?, no debería importarnos hacia dónde vamos en la vida, o cuándo llegaremos a “la meta”, sino con quién construimos el camino, con quién admiramos el paisaje, con quién aprendemos a errar y perdonar, con quién aprendemos a sentir la realidad y a preferirla antes que el sueño.
Sabemos que existe un tren que nos llevará hacia algún lugar, pero ¿por qué cuestionamos continuamente el cuándo, el por qué y el dónde? Necesitamos demasiadas respuestas y no son suficientes, ni una vida es suficiente para respondernos todo lo que queremos saber, porque siempre querremos saber más.
Es nuestra naturaleza, nunca nos será suficiente lo que tenemos, siempre ansiamos llegar hacia ESE lugar, estar con ESA persona, o ser nosotros mismos ESE alguien especial para el otro.
Quizá todo, absolutamente cada aspecto de nuestra vida es sencillo, quizá las soluciones son sencillas, las respuestas, los sentimientos, las emociones, quizá todo es simple, pero no podemos sino complicarlo porque necesitamos ser los detectives de nuestros propios misterios, necesitamos sentir que descubrimos partes ocultas de nuestro ser, necesitamos ENTENDERLO todo, incluso aquellas cosas que no deben ser entendidas, aquellas que son por el simple hecho de ser, aquellas que ocurren porque TIENEN que ocurrir.
Pero es inevitable, siempre querremos saber por qué nos ocurren, por qué en ese momento y no en otro, por qué a nosotros, y por qué no.
Supongo que si no fuéramos así, todo sería sencillo de resolver, y cada recoveco en el alma sería fácil de interpretar, y encontraríamos en cada mínima cosa un motivo para ser felices. Seríamos felices en el momento en lugar de cuestionarnos si deberíamos o no deberíamos serlo. Sin embargo, cuando algo es simple, es DEMASIADO simple para que sea de esa manera, debe haber algo de fondo que lo haga difícil, que lo vuelva un desafío o un misterio que resolver, de lo contrario sería fácil y aburrido nuestro andar por la vida.
No pasamos por esta vida por ningún motivo, sé que los hay, sé que hay muchos motivos por los cuales nos subiríamos a ese tren, y sí, lo haríamos ciegamente, por instinto, nos arriesgaríamos sin saber hacia dónde se dirige o por qué, simplemente estaríamos en compañía de alguien que haga perfecto el recorrido, que sin importar las preguntas o lo que ocurra en el exterior vuelva el vagón de ese tren el lugar más hermoso y pacífico que hemos visitado. Porque de eso se trata ¿no?, de hallar a esa compañía “correcta” que nos haga disfrutar el viaje y que nos haga desear que ese viaje no termine mientras se encuentre con nosotros. Sin embargo, no siempre elegimos bien… Por eso, hay que aprender a modificar nuestras malas elecciones, aún cuando sean involuntarias, pero supongo que no es cuestión de decidirlo y hacerlo, lleva tiempo y lleva un cúmulo de errores que deben sumarse y de los cuales debemos aprender una y otra vez hasta que llegue aquella persona, aquel ser por el cual sepamos que podemos dejarlo todo, por el cual no nos de miedo “saltar”, arriesgar nuestro cómodo banco en el cual esperamos en la estación y subirnos a ese tren, sin tener datos, sin tener miedos, simplemente por la aventura que trae consigo el tomar un riesgo así, irnos sin saber a donde, sin saber por qué, simplemente IRNOS con la compañía que puede que sea la correcta o no, pero lo sabremos en el camino ¿no?

EXTRAÑANDO UNA SENSACIÓN

Miro alrededor y no es a ti a quien no puedo reemplazar, sino a mí misma amándome, temiendo que alguien pueda arrebatarme mi lugar seguro. Llevarme a un sitio nuevo donde pueda recibir más daño del que jamás he conocido. Y sigo, aun convenciendo a esa otra yo narcisista y egoísta que deje de pensar en sí misma, que hay mucho en este mundo para amar, para dar, que no se cierre, que las estrellas están todas ahí para ser vistas, admiradas. Sin embargo ella solo sigue pensando que por más que las vistas ahí afuera sean hermosas, están todas las estrellas situadas en un fondo negro, en un vacío inconmensurable, inimaginable. Un vacío que siente día a día desde que descubrió que la pequeña luz que tenía encendida se fue disipando, descubrió que un amor hace feliz a todo el mundo a su alrededor, pero a ella hoy no le toca, no sé si sea cuestión del destino, o de mero rechazo hacia aquello que podría cambiarlo todo. 
Lo he sentido, he sentido ese cambio increíble en la vida que la deja de hacer parecer corriente, común, monótona, y le da un valor especial, distinto, un motivo para continuarla con una sonrisa extensa todos los días, una nueva sensación repleta de vértigo, de escondites, de curiosidades, de acertijos por resolver, de total intriga y pasión. Pasión por la propia locura que lleva a que se cometan aún más locuras, esa pasión descontrolada y poco lógica que arrebata y acelera el corazón. Pasión que sólo existe cuando existen dos, cuando la suma de uno mas uno, se vuelve dos y luego uno nuevamente, ansiando a cada minuto ser uno con el otro la misma cosa, parte de la misma inmensidad, parte de ese vacío que no se puede pensar, y a la vez de esa plenitud, de ese complemento enorme y fantástico. 
Si hay algo fantástico y a la vez real, no hay duda de que es eso, enamorarse perdidamente de alguien hasta perder la razón por los actos, hasta perder la cabeza literalmente y dejarla donde sea, olvidar las cosas que creíamos importantes, dejarlas de lado para descubrir que hay cosas aún mas importantes y más sencillas, como el querer a alguien, querer darlo todo, entregarse en cuerpo y alma, entregar cada partícula y cada sentimiento acompañado de una cierta idealización. Idealización sí, que a veces suele ser mas fuerte que cada vez que quieres, que cada vez que deseas a alguien, pones todas tus expectativas, y deseos mas profundos sin notarlo, cargamos totalmente al otro de todo aquello que nos gustaría que fuera, o que hiciera. No lo notamos hasta que sentimos la decepción, hasta que probamos ese sabor amargo que hay que tragar, dejar pasar y continuar. Por eso, pienso que es tan difícil olvidar a alguien que jamás te decepcionó. ¿Continuará entonces para siempre idealizado, cristalizado?
Supongo que no, que es probable que conozca a alguien aún mejor quizá, seguiré sin saberlo por ahora, pero mientras tanto, realmente extraño esa sensación, es bueno haber descubierto que hay una parte de mí que siempre hace daño, para poder atarla, controlarla, y no cometer un mismo error una y otra vez, después de todo dicen que no se puede correr para siempre del amor ¿no?

UN IDEAL DEL AMOR (3 de julio)

Tal vez no he vivido el amor del que todos hablan, ese amor que me suena tan platónico, tan ficticio, y tan lejano. Definitivamente creo en que existe, y creo también en que existe en muchos y variados tipos y tamaños. Pero ¿cómo es posible medir algo así? Simplemente no lo es. Cuando se ama, no todo es blanco y negro, no todo es sí o no, lo simple se torna complicado, lo blanco puede tornarse gris, y lo negro también. Quizá el amor, por sí solo no es nada complicado, pero como se nos es dado a los humanos, debemos complicarlo… Es así.
De un momento a otro una relación puede cambiar por completo y no está ni un poco en nuestras manos. Queremos controlarlo todo, sin dudas, qué más nos gustaría que eso, pero al paso de cada instante y de cada latido de otro corazón vemos que es imposible, que todo es incalculable, que todo esta cambiando a milésimas de segundos, que en cada una de esas milésimas se toma una decisión, se elige un camino, se aprende algo, vemos que no se puede comparar un amor con otro, ni la cantidad, no se puede medir cuánto ama alguien a otra persona, pero supongo que puede haber miles de tipos de amor, supongo que va cambiando siempre, que ni un solo día el amor es el mismo.
Es increíble y asombrosa la cantidad de cosas que suceden a cada minuto, es impensable la cantidad de personas que se están enamorando mientras yo estoy escribiendo esto y pretendiendo saber algo del amor. Creo a fin de cuentas, que ninguno de nosotros lo sabe, no hasta que se encuentra a sí mismo renunciando a todo por alguien más. No importa el amor que sea, pero si es puro y leal, nos conduce a dejar nuestra piel y alma y entregarla en bandeja a otro.
Yo no conozco lo que es entregarse a alguien, porque supongo que soy demasiado egoísta para poder hacerlo, supongo que siempre busco el motivo por el cual escapar, el más pequeño agujero me sirve para escabullirme y no tener que enfrentar todo lo que puede suceder si me entrego por completo a las manos de alguien más, si mi corazón dejara de pertenecerme y se lo regalara sin condición alguna, sin esperar nada a cambio, me da pánico la sola idea de pensarlo, ¿por qué? No lo sé, espero averiguarlo pronto. Ese es uno de mis tantos problemas, pensarlo. Intento tanto pensar el amor que no sé si seré capaz de reconocerlo.
Se que lo veo todos los días en algo diferente, en una cara diferente, en gestos y personas distintas, sé que está ahí ese tipo de amor que deseo. Hoy lo vi en muchas parejas, lo veo también todos los dias en mis padres aún cuando se resuma a compañerismo desde mi punto de vista, sé que es mucho más profundo que eso, se que el uno sigue al lado del otro porque hay una fuerza más grande que todos nosotros que los mantiene unidos.
Supongo también que no se reduce a un simple lazo, a veces es una cadena aun más solida y fuerte que el hierro, aún cuando del otro lado no haya un gancho al cual sostenerla, es tan difícil desprender cada eslabón. Representa recuerdos, alegrías, tristezas, momentos, cariño. ¿Cómo se desarma una cadena de ese calibre?
Yo pienso que el que ama, sabe que ama, y no necesita un porqué, porque lo que siente es suficiente como para que esa pregunta deje de tener sentido alguno. Cuando comenzamos a dudar si queremos o no a alguien, en ese preciso instante estamos dudando del amor, y cuando de algo así se duda, es porque ya no existe por completo lo que lo sostenía, es porque esa cadena de nuestra parte se va desenlazando. Pero, qué se yo del amor ¿no? ¿Qué tanto puedo saber de algo que no he vivido aun?  
Después de todo este tiempo, siempre intento pensar que hay alguien ahí afuera esperándome, hay alguien en algún lugar que cree en todo esto y que me necesita. Claro que sigo lo bastante ciega para poder reconocerlo pero no quiero negar lo innegable, eso sería caer en ceguera también.
Había decidido dejar de escribir, dejar de utilizar a las palabras para refugiarme y mantener tu recuerdo, pero me di cuenta que no eran necesarias para eso, te sigo recordando todos los días, todas las noches, y todas las mañanas. Te recuerdo en el sol, en el agua, en la brisa del viento, te recuerdo en cada estúpido e inútil paso que doy hacia delante, creyendo que voy hacia algún lugar cuando me sigo manteniendo en el mismo. Te recuerdo hasta cuando no me doy cuenta de que lo estoy haciendo. Pero se ha vuelto triste, ¿sabes? ya no quiero esto para mí, y sí decidí una y otra vez que te tengo que olvidar, eso ya lo sé, pero ya no puedo contar las veces en las que me arrepentí de cada decisión. ¿Acaso será lo que estoy sola, lo que ya no puedo refugiar mis pensamientos en alguien más? Será que te retengo así porque te idealicé tanto que soltar ese ideal de perfección me haría ver una realidad que no quiero ver. Pero estoy creciendo ¿no es así?, tengo que enfrentar lo que esté preparado para mi, y he podido enfrentar cosas aún peores, cosas que me han dejado abatida, entonces ¿qué necesita uno para soltar un ideal así?
Un ideal es dañino, ¿por qué idealizamos todo? Una persona, un ser querido, un padre, inclusive creemos que el amor puede ser perfecto, ¿somos tan autodestructivos que necesitamos tener ideales de las personas? O ¿somos ciegos y no queremos ver la realidad tal cual es? ¿Qué bien nos hace idealizar a alguien? Ninguno! Nos aferramos tanto a esa idea que olvidamos por completo cómo en realidad son o han sido las cosas, olvidamos que pudo haber errores de por medio, que puede haberlos y que los habrá, somos humanos, NO seres divinos.
Realmente necesito que la persona en el espejo me diga BASTA, realmente necesito forjar un camino lejos de lo que fuiste para mí, porque solo mantengo un ideal de un recuerdo y eso es lo que sigue haciéndome daño… Así que BASTA, no voy a dejar de pensarte de un día para el otro, pero sé que cada vez que llore me voy a recordar a mi misma: “no seas idiota, sos mejor que esto, servís para más que para estar llorando por algo que hace mucho no existe”. Y sí, me lo repetiré las veces que sean necesarias hasta que las lagrimas dejen de caer, hasta que un día aun sin la presencia de alguien más por mí misma pueda lograr no pensarte así, y recordarte bien pero sin daños colaterales. 

LET IT GO (29 de mayo)

El año pasado, entre muchas cosas, aprendí a sentir, a dejarme llevar con efusividad sin importar lo que pasara después, a arriesgarme aunque haya sido mínimamente, a ver cómo se disipan las nubes si te dispones a ver el sol que está detrás.
Realmente aprendí muchas cosas de algunas malas rachas, y supongo que es como dicen: de lo malo se aprende mejor. Es por eso que hoy, estoy día a día dándome cuenta de quien quiero ser, de cómo no quiero ser, y de que no importa quien fui un año atrás, o dos o tres, ya no importa porque aprendí que del despecho no sale nada bueno, de los errores queda culpa, sí mucha, pero hay que dejarlos ir. Aprender más que nunca de cada error, pero no cargar con ellos para siempre…
Hace un año, no sabía que deseaba lo que recibí, no sabía qué necesitaba, sólo sabía que quería un salvavidas, salir a flote de un río tumultuoso y turbio. Sabía que la tormenta iba a tardar en pasar, pero necesitaba que me hicieran ver la luz de todas maneras, para sentirme un poco más fuerte y para poder seguir estando bajo tanta lluvia.
      
      
Y realmente ese salvavidas llegó justo, justo cuando estaba entre rocas y golpeándome una y otra vez. Pude confiarle todos mis secretos, incluso aquellos que más temor me causaban, pude contarle lo que había cambiado mi historia, lo que había iniciado mi tormenta. Pude gracias a él, ver la claridad de lo que me rodeaba, ver que aún en medio del caos se puede apreciar hasta un diente de león. Sé que suena un poco absurdo, pero hablo de un diente de león, así de frágil, e inestable, que con cualquier soplo deja ir volando cada una de sus partes. Podía incluso admirar un día de sol, los árboles con hojas secas en mi otoño favorito, incluso hasta el día más lluvioso y frío tenía un significado profundo.
Pero volvamos al diente de león, es una metáfora con otro sentido en realidad, no es que intente causar conmoción ni mucho menos, pero así era como me sentía cuando ese salvavidas llegó: podía dejar ir todo en mí, dejar que todo vuele y que nada más importe, tan solo un momento al día y no es difícil imaginar cuál.

Hace un año, no sabía todo esto, por un simple hecho: no había vivido todo lo que viví después de que mi salvavidas se fue. Es increíble cuánto los humanos necesitamos dejar ir lo bueno para poder ver su valor completo. Es una de las tantas idioteces y errores, pero supongo que necesarios.
Supongo también que a veces es necesario que te abran los ojos, que te despierten, que veas la realidad y no el sueño. Que no confundas, el sueño guarda los lugares más inhóspitos y profundos de lo que sentimos y no admitimos, de lo que callamos y no decimos, de lo que negamos por no reconocer.
Todo esto, hasta hace un año atrás, no lo hubiera descubierto de no ser por las veces que caí y me levanté, de no ser por la vida misma que me fue mostrando que aunque la realidad a veces sea mucho mas dura que el sueño y que las ideas, vale la pena seguir en ella. Vale la pena despertar siempre más que vivir en un dulce sueño.
Hoy, casi un año después, descubrí que puedo ser fuerte y crear mi propio salvavidas. Hoy que por fin la tormenta ya no es tan fuerte, que el río comenzó a correr en una sola dirección, admito y reconozco que no puedo seguir reteniendo una idea de aquel salvavidas por no haberlo sabido cuidar como merecía. Fue como la flor del Principito, único en el mundo, pero no sirve de nada seguir reteniéndolo en mi inconsciente, en mis sueños, en mi memoria y mucho menos en mi presente porque así no se enmienda el error. Me salvó y yo lo dejé de lado por mera inmadurez, indecisión, inestabilidad, o quizá por incapacidad de cuidarlo como oro. Ya verdaderamente no importa por qué, lo que hoy importa es dejarlo ir, no sentir culpa porque sé que por haber cometido ese error, no lo cometeré de nuevo en el futuro.

                                      

Ahora sé que el año pasado deseé amor y que lo recibí, quería dejarme llevar por el sentimiento y en un principio lo logré, pero no supe dar nada de mí, no supe corresponderlo. Sin embargo, no puedo arrepentirme de eso porque ahora sé que nada puede quitármelo, nada ni nadie puede quitarme lo que viví, y es por eso que ahora escribo, por todo aquello que sentí en ese entonces y que vale la pena que haya existido y que absolutamente todo haya ocurrido de la manera en que ocurrió. 

ES HORA (30 de abril)

“Cuánto te quise, quizás, seguirás sin saberlo”… Sí, probablemente nunca lo sepas, yo ni siquiera lo sabía hasta hace unos meses. Son muchas las cosas que no sabemos de nosotros mismos hasta que llega el momento de reacción, hasta que llega un flash que a veces paralizante puede hacernos recordar en milésimas de segundos miles y millones de pequeñas y grandes cosas. Esas cosas pueden llenarnos de alegría en el momento adecuado, y pueden hacernos doler hasta lo más profundo en el momento menos esperado. Nunca piden permiso para aparecer, son las clásicas visitas indeseadas al alma, sólo para recordarnos lo que perdimos en el camino, lo que debimos haber hecho, lo que pudo haber sido…


Puedo seguir días, semanas, meses escribiendo sobre vos, y lamentándome una y otra vez de mí misma por haber sido así de idiota, pero creo que jamás llegaría a nada más que eso, sentir pena por esta idiota que no supo cuidar nada.
Anoche, decididamente no estaba lista para verte, y sólo un instante fue suficiente para cambiar mis expresiones, hubiera querido que fueran de alegría, hubiera querido que vengas a preguntarme cómo he estado, qué ha sido de mi, cómo están mis cosas, hubiera querido simplemente un “hola, como andas?, tanto tiempo”, aún cuando no fuera a interesarte la respuesta. Pero supongo que ni derecho a un saludo tuyo me queda, no debería ni siquiera esperarlo, mientras vos sos la única cosa en el mundo que deseo, mientras sos la única persona en mi planeta, yo quizá sea la última persona que quieras ver, aquella que ni siquiera recuerdas porque decidiste dejarla atrás como se deja lo que no nos ha hecho bien. No pienso que esté mal, en tu lugar habría hecho lo mismo, supongo que debo guardarme un “lo merezco” y callarme de una vez.
Yo puedo callarme a mí misma, claro que sí, pero ¿quién calla a lo que llevo dentro? No cesa de hablar, de gritar, de llorar, y verte otra vez lo imaginaba diferente. Eso es lo malo de tener tanta imaginación, que lo que sueño e imagino no corresponde nunca con la realidad. Por si querés saberlo, por si me animo a que leas todo esto algún día, me imaginaba No soltándote, No dejándote ir, me imaginaba tal y como lo he soñado últimamente a la noche, abrazándote fuerte sin explicación alguna, sin aviso previo, sin palabras que lo arruinen. Lástima que todo en el momento me detuvo, tu indiferencia, tu No mirada, tu No saludo, tu No atención. Perdón que todo esto suene tan reclamante, es sólo que en mi imaginación verte otra vez significaba otra cosa, y de alguna manera fue decepcionante. Yo fui decepcionante, pero dolía demasiado, si supieras cuánto. Tanto que me dejé llevar por ese dolor punzante y constante, no pude ejercer control alguno, era como si cada una de las muchas personas y caras que había allí perdieron sentido, todo era borroso y sentía que yo misma no pertenecía a ese lugar en ese momento, que una parte de mí no estaba ahí sentada, no veía ni siquiera las caras amigas que intentaban hacerme volver. Sí, me había ido, algo muy fuerte me invadió, y como todo lo que invade, nunca pidió permiso. No tuve opción que dejarlo entrar para después hacerlo salir con toda la fuerza que llevaba consigo..


Ahora sé como se siente volver a verte y creo que lo más sano es que no vuelva a suceder y que nuestras vidas sigan el curso “normal” que venían llevando, ni siquiera sé como ha seguido la tuya, pero la mía ha estado casi vacía desde hace tiempo. Aún así, es hora de seguir, hora de dejar atrás lo que debe quedar atrás, y dejar aquí una pequeña imagen tuya por si acaso deba reconocerte en unos años, no quiero olvidar tu rostro del todo, aunque a veces me gustaría. Pero, de todos modos, el problema no es el recuerdo, el problema es mantenerlo aquí, en el ahora, donde no debe estar ya, a donde ya no pertenece. Así como el segundo anterior que acaba de irse, que desde ahora pertenece también al pasado, así debo seguir, dejarte ahí en un cajon con muchos candados y cerraduras con una muy pequeña fotografía tuya, y aquella tarjetita sí, esa también debe estar ahí, pero ahí deben quedarse y no salir. Estando allí, en mi cajón, son inofensivas, no pueden hacerme recordar, es por eso que si algo tengo que decidir hoy es a no pensarte más, no continuar este recuerdo constante que día a día me frena en el tiempo y no me deja lugar a nada. Te quise más que a nadie, pero es hora de dejarte ahí…

viernes, 22 de abril de 2011

IMPUESTO AL RECUERDO

IMPONER, qué palabra fuerte ¿no?, se habla de imponer leyes, de imponer conocimientos, de imponerse, de imponerte, de imponerme… Al menos de eso habla mi mente, todo el tiempo, habla de imponerme al olvido, sí, al olvido… ese lugar lejano lejano en el que tu nombre no está, en el que tu sonrisa se disipa poco a poco, donde tus ojos se ven nublados, donde a mí me veo nublada. Estoy allí por minutos, por algunas horas quizá, y soy una imagen borrosa, te intento alcanzar pero no te encuentro, es un lugar en el que no quiero estar pero en el que debo imponerme estar. Tal vez, a la larga se haga habitable, tal vez a la larga sea soportable el estar ahí sin vos, después de todo hoy estoy viviendo de recuerdos, no te tengo conmigo, asi que ¿qué diferencia habría?

De imponer, por otro lado, también habla mi corazón, porque lo que siente se impone a lo que pienso, a lo que debería hacer, se impone a todo intento de olvidarte, no hace más que reflejar tu rostro una y otra vez, sin cansancio. Tiene más fuerza aun que la palabra IMPOSICIÓN, porque traspasa todo refugio en el cual quiera quedarme para no ver tu rostro en todas partes. Se impone deliberadamente a que no te olvide, a que tu tierna mirada se quede grabada en mis pupilas. Sin embargo, me mantiene en un letargo dulce, porque es dulce mientras estés en mis sueños, y aun estás ahí, quiero que lo sepas, en cada uno de ellos, pero es como cuando tanta dulzura provoca que luego todo te sepa amargo. Así es, me despierto y no estás en mi realidad, tan solo en imágenes recortadas que vagan por mi mente, y las detengo una a una, las observo con delicadeza para no olvidar ni siquiera tus líneas de expresión, ni siquiera el más mínimo de tus detalles, y permanecerme ahí, permanecerte ahí. Imponerme ante todo para no olvidarte nunca…
Sin embargo, mi corazón tiene la fuerza para imponerse ante mí cuando se trata de recordarte, pero es un cobarde cuando se trata de hablarte, de intentar siquiera decirte todo lo que siente y ha sentido. Ahí es donde debería actuar yo ¿no?, ahí debería imponerme y animarme a buscarte, aún sabiendo que corro el riesgo de encontrarte y tener que ser valiente. Pero yo no soy valiente, pocas veces lo he sido, es por eso que me esmero en recordarte, porque verte otra vez significaría ser lo suficientemente valiente para mirarte y no perderme, para mirarte y no pensar en milésimas de segundos en esos dos meses que vivimos. Fue poco el tiempo para conocerte por completo, pero lo hiciste especial, lo hiciste mágico ¿sabías? Fueron instantes ideales que nunca creí que iba a vivir, nunca había creído hasta conocerte que alguien podría importarme tanto. Es una pena que lo haya arruinado todo. Sos el recuerdo más bonito que puedo tener, y aunque mi alma esté dentro mío, lo que más añora es que te la quedes vos, así como te quedaste con ese pedacito de mí que no quiero recuperar, porque quiero que sea tuyo. Y esperar sí, que quizá en unos años lo sigas teniendo y aunque sea muy pequeño lo juntemos con el que tengo de vos y se vuelvan como el fuego, como una llama inalterable de lo que todo nació y por lo menos en mí, nunca murió…