lunes, 1 de agosto de 2011

UN IDEAL DEL AMOR (3 de julio)

Tal vez no he vivido el amor del que todos hablan, ese amor que me suena tan platónico, tan ficticio, y tan lejano. Definitivamente creo en que existe, y creo también en que existe en muchos y variados tipos y tamaños. Pero ¿cómo es posible medir algo así? Simplemente no lo es. Cuando se ama, no todo es blanco y negro, no todo es sí o no, lo simple se torna complicado, lo blanco puede tornarse gris, y lo negro también. Quizá el amor, por sí solo no es nada complicado, pero como se nos es dado a los humanos, debemos complicarlo… Es así.
De un momento a otro una relación puede cambiar por completo y no está ni un poco en nuestras manos. Queremos controlarlo todo, sin dudas, qué más nos gustaría que eso, pero al paso de cada instante y de cada latido de otro corazón vemos que es imposible, que todo es incalculable, que todo esta cambiando a milésimas de segundos, que en cada una de esas milésimas se toma una decisión, se elige un camino, se aprende algo, vemos que no se puede comparar un amor con otro, ni la cantidad, no se puede medir cuánto ama alguien a otra persona, pero supongo que puede haber miles de tipos de amor, supongo que va cambiando siempre, que ni un solo día el amor es el mismo.
Es increíble y asombrosa la cantidad de cosas que suceden a cada minuto, es impensable la cantidad de personas que se están enamorando mientras yo estoy escribiendo esto y pretendiendo saber algo del amor. Creo a fin de cuentas, que ninguno de nosotros lo sabe, no hasta que se encuentra a sí mismo renunciando a todo por alguien más. No importa el amor que sea, pero si es puro y leal, nos conduce a dejar nuestra piel y alma y entregarla en bandeja a otro.
Yo no conozco lo que es entregarse a alguien, porque supongo que soy demasiado egoísta para poder hacerlo, supongo que siempre busco el motivo por el cual escapar, el más pequeño agujero me sirve para escabullirme y no tener que enfrentar todo lo que puede suceder si me entrego por completo a las manos de alguien más, si mi corazón dejara de pertenecerme y se lo regalara sin condición alguna, sin esperar nada a cambio, me da pánico la sola idea de pensarlo, ¿por qué? No lo sé, espero averiguarlo pronto. Ese es uno de mis tantos problemas, pensarlo. Intento tanto pensar el amor que no sé si seré capaz de reconocerlo.
Se que lo veo todos los días en algo diferente, en una cara diferente, en gestos y personas distintas, sé que está ahí ese tipo de amor que deseo. Hoy lo vi en muchas parejas, lo veo también todos los dias en mis padres aún cuando se resuma a compañerismo desde mi punto de vista, sé que es mucho más profundo que eso, se que el uno sigue al lado del otro porque hay una fuerza más grande que todos nosotros que los mantiene unidos.
Supongo también que no se reduce a un simple lazo, a veces es una cadena aun más solida y fuerte que el hierro, aún cuando del otro lado no haya un gancho al cual sostenerla, es tan difícil desprender cada eslabón. Representa recuerdos, alegrías, tristezas, momentos, cariño. ¿Cómo se desarma una cadena de ese calibre?
Yo pienso que el que ama, sabe que ama, y no necesita un porqué, porque lo que siente es suficiente como para que esa pregunta deje de tener sentido alguno. Cuando comenzamos a dudar si queremos o no a alguien, en ese preciso instante estamos dudando del amor, y cuando de algo así se duda, es porque ya no existe por completo lo que lo sostenía, es porque esa cadena de nuestra parte se va desenlazando. Pero, qué se yo del amor ¿no? ¿Qué tanto puedo saber de algo que no he vivido aun?  
Después de todo este tiempo, siempre intento pensar que hay alguien ahí afuera esperándome, hay alguien en algún lugar que cree en todo esto y que me necesita. Claro que sigo lo bastante ciega para poder reconocerlo pero no quiero negar lo innegable, eso sería caer en ceguera también.
Había decidido dejar de escribir, dejar de utilizar a las palabras para refugiarme y mantener tu recuerdo, pero me di cuenta que no eran necesarias para eso, te sigo recordando todos los días, todas las noches, y todas las mañanas. Te recuerdo en el sol, en el agua, en la brisa del viento, te recuerdo en cada estúpido e inútil paso que doy hacia delante, creyendo que voy hacia algún lugar cuando me sigo manteniendo en el mismo. Te recuerdo hasta cuando no me doy cuenta de que lo estoy haciendo. Pero se ha vuelto triste, ¿sabes? ya no quiero esto para mí, y sí decidí una y otra vez que te tengo que olvidar, eso ya lo sé, pero ya no puedo contar las veces en las que me arrepentí de cada decisión. ¿Acaso será lo que estoy sola, lo que ya no puedo refugiar mis pensamientos en alguien más? Será que te retengo así porque te idealicé tanto que soltar ese ideal de perfección me haría ver una realidad que no quiero ver. Pero estoy creciendo ¿no es así?, tengo que enfrentar lo que esté preparado para mi, y he podido enfrentar cosas aún peores, cosas que me han dejado abatida, entonces ¿qué necesita uno para soltar un ideal así?
Un ideal es dañino, ¿por qué idealizamos todo? Una persona, un ser querido, un padre, inclusive creemos que el amor puede ser perfecto, ¿somos tan autodestructivos que necesitamos tener ideales de las personas? O ¿somos ciegos y no queremos ver la realidad tal cual es? ¿Qué bien nos hace idealizar a alguien? Ninguno! Nos aferramos tanto a esa idea que olvidamos por completo cómo en realidad son o han sido las cosas, olvidamos que pudo haber errores de por medio, que puede haberlos y que los habrá, somos humanos, NO seres divinos.
Realmente necesito que la persona en el espejo me diga BASTA, realmente necesito forjar un camino lejos de lo que fuiste para mí, porque solo mantengo un ideal de un recuerdo y eso es lo que sigue haciéndome daño… Así que BASTA, no voy a dejar de pensarte de un día para el otro, pero sé que cada vez que llore me voy a recordar a mi misma: “no seas idiota, sos mejor que esto, servís para más que para estar llorando por algo que hace mucho no existe”. Y sí, me lo repetiré las veces que sean necesarias hasta que las lagrimas dejen de caer, hasta que un día aun sin la presencia de alguien más por mí misma pueda lograr no pensarte así, y recordarte bien pero sin daños colaterales. 

No hay comentarios: