lunes, 29 de agosto de 2011

Sol

"Nos pasan tantas cosas en la vida, que si aparece el sol hay que dejarlo pasar"
 (FITO PAEZ)



Y sí.. incluso aunque se lo quiera frenar, hay que dejarlo pasar, por lo menos por un rato lo dejaré entrar y veré si me da calor por lo menos en mis ratos fríos, veré quizá un universo nuevo, distinto a los que antes he visitado. Veré por si acaso, andaré con cuidado, con mucha cautela para que ese sol no me queme demasiado, pero después de haber hecho del escapismo un arte perfecto, deberé dedicarme quizás a quedarme en un sólo lugar, dejar de escapar de todos los soles que se prenden. No pisaré el acelerador esta vez, tan solo veré, y si debe llover, que llueva lo que tenga que llover, por lo menos tendré un lindo día de sol que recordar..

domingo, 14 de agosto de 2011

BOSQUEJO


No creo estar tratando de encontrarte en cada reflejo, eso sería buscar en vano. No creo estar actuando como si nunca hubieras existido, eso sería idiota. No creo estar dejándote del todo atrás, tal y como dije que haría, tal y como siempre intento hacerlo, convencerme, y no fallar en el intento. No creo que mil besos de otras bocas me dejen cerca de tu estación, no creo que deba seguir acumulando pasajeros a este barco que hace rato navega perdido, y sólo, sin rumbo, con media proa y con la popa destrozada. Llevando como bandera un corazón maltrecho y cerrado, señalando solamente aquel rumbo al que no debe volver, dándome sólo dos opciones: continuar en esta especie de juerga sinsentido, o convivir con tu recuerdo otra vez. No creo tener la valentía suficiente, y las ganas como para elegir la segunda opción, pero es que la primera me vacía tanto de mí misma, me llena de nada, de mera diversión poco profunda, tan lejana a mí. Y ya ni siquiera estoy segura de que cuando digo Recuerdo, me esté refiriendo a él, quizá ese recuerdo permanece pero ya no duele, ya no siento que duela, solo extraño las sensaciones que solía provocarme, y quien era yo en ese entonces, tan inocente y enamorada, tan suave y completamente perdida por alguien que movía todo mi universo.
Pero, si no es otra la que toma las decisiones, será que me estoy equivocando como se equivocan los aferrados al pasado?, será que me resigné a encontrar a alguien más? A que será eterna la espera si sigo creyendo poder hallar algo así en otro lugar?

Será que me creo más, que me creo mejor que cualquiera? Tanto como para no dejar a nadie poseer aquello que solo a pocos he dado. Sigo sin entender por qué decido como decido, por qué sigo en esta etapa absurda, si lo que en el fondo siempre querré será algo mucho mejor, algo complicado quizá sí, o tal vez no. Creo firmemente que son pocos quienes saben realmente cual es su deseo en la vida, qué es lo que realmente buscan y quieren, y los admiro, porque yo jamás lo he sabido, y supongo que no quiero saberlo del todo.
No se si quiero seguir merodeando asi.. yendo y viniendo sin estar en ninguna parte realmente, sin poder ser yo misma con nadie, no sé si quiero seguir en este estado de semilibertad, porque aunque me crea libre, no puedo serlo, simplemente me mantengo encapsulada en una fragancia interminable y perpetua de diferentes colores y aromas, una especie de limbo donde reina la indiferencia, donde las puertas están cerradas a lo más sublime, a lo que todos quieren y mueren por tener, a lo que cualquier persona normal abriría su corazón sin pensarlo dos veces, y lo dejaría palpitar a ese ritmo consonante y concordante con otro corazón, con otra media mitad.
Sin embargo, acá y así permanezco yo, sin conocer todavía lo que es dar amor, deseando ser amada, deseando ser deseada, sólo por curiosidad, esa curiosidad que termina por irse cuando siento lo suficiente, y hago mis pocas valijas, con mi poco equipaje, y me voy.. con nada más que conmigo y mi reflejo en el espejo, queriendo evitarlo, claro.. pero siempre termina por recordarme qué tan sola estoy, y qué tanto estoy perdiendo mi tiempo y mi vida en esta especie de vida rodante, con un corazón que viaja ligero a donde quiera que va, sin candados porque él mismo es un candado, supongo que sólo una fue la llave y desde que emprendió ese viaje lejos de ella, ha permanecido cerrado por derribo. Y continúa un poco así como congelado, en un estado de gracia, sutil pero errante, febril pero agotador, vacío completamente de sentido, y en completo desacuerdo con mis decisiones. Sin embargo, como siempre, mi razón termina por darle la espalda, y continuar enmudeciéndolo. 

Por eso, llave número dos, si estás ahí en algún lugar, quiero que sepas que es hora de que intentes abrir este corazón, no prometo darte lo mejor de mí, porque creo que alguien más se lo llevo cuando lo dejé ir, lo lamento, no me di cuenta que se llevaba más de la mitad de mi consigo, pero prometo intentar darte lo que soy ahora, puede que no sea mucho, pero soy muy buena aprendiendo sobre la marcha, quiero que sepas que te espero y que quien quiera que seas, hay una vacante aquí que te pertenece…
Mientras tanto, continuo realizando un bosquejo de lo que intento ser, puede que me esté equivocando y puede que lo haga una y otra vez, puede que actúe a veces por impulso, puede que a veces analice demasiado las cosas más simples de la vida, y hasta puede que este corazón decida dejarme un día de estos, que decida irse de estas cuatro paredes que le construí, y puede que yo también quiera irme con él, quién sabe, uno nunca puede adivinar lo que querrá… 

lunes, 8 de agosto de 2011

I asked myself why 
Can I never let anyone in? ♪


Would it be a narcism thing? would i be too much selfish? I'm tired of threwing away moments and people, sometime I'll have to let the love into my life, with all the risks that it has. 
  

Y tendré que hacerlo bien, no simplemente hacerlo, tendré que entregar mi alma y algo más, tendré que dejar de pensar en mí y preocuparme por el otro, darle todo lo que pueda darle. 
No creo ser la única persona en el mundo que decide viajar con un equipaje tan liviano, llevando consigo solamente su libertad, pero quisiera dejar de serlo. Quisiera dejar de correr sinsentido hacia todos lados. Quisiera abandonar esa melodía recurrente de Sabina "escucha una cosa, que te voy a decir... el caso es que no puedo enamorarme de ti..." porque si bien su música me inspira, esta canción en particular y desde mi punto de vista, trata sobre un alma solitaria, vagabunda, gitana y egoísta que no puede dar amor. Y en qué resulta todo eso? en un alma infeliz, que no conoce una de las mejores maravillas que existen. Un alma tan racional e inteligente que corre de cualquier mínimo atisbo de daño, aún cuando ni siquiera alcanza a transformarse en daño. Ella corre y sigue corriendo hacia un camino sinuoso y solitario, pero seguro en fin. 
Sin embargo lo que digo es Quien carajo quiere estar seguro así? Pareciera que yo, pero no es algo que pueda controlar.


lunes, 1 de agosto de 2011

QUIZÁS SOLO PASE UNA VEZ

“Estas esperando un tren, un tren que te llevará lejos. Sabes que quieres ir en ese tren, pero no sabes a dónde te llevará. Pero no importa, por que estaremos juntos”…


Realmente así de simple debería ser ¿no?, no debería importarnos hacia dónde vamos en la vida, o cuándo llegaremos a “la meta”, sino con quién construimos el camino, con quién admiramos el paisaje, con quién aprendemos a errar y perdonar, con quién aprendemos a sentir la realidad y a preferirla antes que el sueño.
Sabemos que existe un tren que nos llevará hacia algún lugar, pero ¿por qué cuestionamos continuamente el cuándo, el por qué y el dónde? Necesitamos demasiadas respuestas y no son suficientes, ni una vida es suficiente para respondernos todo lo que queremos saber, porque siempre querremos saber más.
Es nuestra naturaleza, nunca nos será suficiente lo que tenemos, siempre ansiamos llegar hacia ESE lugar, estar con ESA persona, o ser nosotros mismos ESE alguien especial para el otro.
Quizá todo, absolutamente cada aspecto de nuestra vida es sencillo, quizá las soluciones son sencillas, las respuestas, los sentimientos, las emociones, quizá todo es simple, pero no podemos sino complicarlo porque necesitamos ser los detectives de nuestros propios misterios, necesitamos sentir que descubrimos partes ocultas de nuestro ser, necesitamos ENTENDERLO todo, incluso aquellas cosas que no deben ser entendidas, aquellas que son por el simple hecho de ser, aquellas que ocurren porque TIENEN que ocurrir.
Pero es inevitable, siempre querremos saber por qué nos ocurren, por qué en ese momento y no en otro, por qué a nosotros, y por qué no.
Supongo que si no fuéramos así, todo sería sencillo de resolver, y cada recoveco en el alma sería fácil de interpretar, y encontraríamos en cada mínima cosa un motivo para ser felices. Seríamos felices en el momento en lugar de cuestionarnos si deberíamos o no deberíamos serlo. Sin embargo, cuando algo es simple, es DEMASIADO simple para que sea de esa manera, debe haber algo de fondo que lo haga difícil, que lo vuelva un desafío o un misterio que resolver, de lo contrario sería fácil y aburrido nuestro andar por la vida.
No pasamos por esta vida por ningún motivo, sé que los hay, sé que hay muchos motivos por los cuales nos subiríamos a ese tren, y sí, lo haríamos ciegamente, por instinto, nos arriesgaríamos sin saber hacia dónde se dirige o por qué, simplemente estaríamos en compañía de alguien que haga perfecto el recorrido, que sin importar las preguntas o lo que ocurra en el exterior vuelva el vagón de ese tren el lugar más hermoso y pacífico que hemos visitado. Porque de eso se trata ¿no?, de hallar a esa compañía “correcta” que nos haga disfrutar el viaje y que nos haga desear que ese viaje no termine mientras se encuentre con nosotros. Sin embargo, no siempre elegimos bien… Por eso, hay que aprender a modificar nuestras malas elecciones, aún cuando sean involuntarias, pero supongo que no es cuestión de decidirlo y hacerlo, lleva tiempo y lleva un cúmulo de errores que deben sumarse y de los cuales debemos aprender una y otra vez hasta que llegue aquella persona, aquel ser por el cual sepamos que podemos dejarlo todo, por el cual no nos de miedo “saltar”, arriesgar nuestro cómodo banco en el cual esperamos en la estación y subirnos a ese tren, sin tener datos, sin tener miedos, simplemente por la aventura que trae consigo el tomar un riesgo así, irnos sin saber a donde, sin saber por qué, simplemente IRNOS con la compañía que puede que sea la correcta o no, pero lo sabremos en el camino ¿no?

EXTRAÑANDO UNA SENSACIÓN

Miro alrededor y no es a ti a quien no puedo reemplazar, sino a mí misma amándome, temiendo que alguien pueda arrebatarme mi lugar seguro. Llevarme a un sitio nuevo donde pueda recibir más daño del que jamás he conocido. Y sigo, aun convenciendo a esa otra yo narcisista y egoísta que deje de pensar en sí misma, que hay mucho en este mundo para amar, para dar, que no se cierre, que las estrellas están todas ahí para ser vistas, admiradas. Sin embargo ella solo sigue pensando que por más que las vistas ahí afuera sean hermosas, están todas las estrellas situadas en un fondo negro, en un vacío inconmensurable, inimaginable. Un vacío que siente día a día desde que descubrió que la pequeña luz que tenía encendida se fue disipando, descubrió que un amor hace feliz a todo el mundo a su alrededor, pero a ella hoy no le toca, no sé si sea cuestión del destino, o de mero rechazo hacia aquello que podría cambiarlo todo. 
Lo he sentido, he sentido ese cambio increíble en la vida que la deja de hacer parecer corriente, común, monótona, y le da un valor especial, distinto, un motivo para continuarla con una sonrisa extensa todos los días, una nueva sensación repleta de vértigo, de escondites, de curiosidades, de acertijos por resolver, de total intriga y pasión. Pasión por la propia locura que lleva a que se cometan aún más locuras, esa pasión descontrolada y poco lógica que arrebata y acelera el corazón. Pasión que sólo existe cuando existen dos, cuando la suma de uno mas uno, se vuelve dos y luego uno nuevamente, ansiando a cada minuto ser uno con el otro la misma cosa, parte de la misma inmensidad, parte de ese vacío que no se puede pensar, y a la vez de esa plenitud, de ese complemento enorme y fantástico. 
Si hay algo fantástico y a la vez real, no hay duda de que es eso, enamorarse perdidamente de alguien hasta perder la razón por los actos, hasta perder la cabeza literalmente y dejarla donde sea, olvidar las cosas que creíamos importantes, dejarlas de lado para descubrir que hay cosas aún mas importantes y más sencillas, como el querer a alguien, querer darlo todo, entregarse en cuerpo y alma, entregar cada partícula y cada sentimiento acompañado de una cierta idealización. Idealización sí, que a veces suele ser mas fuerte que cada vez que quieres, que cada vez que deseas a alguien, pones todas tus expectativas, y deseos mas profundos sin notarlo, cargamos totalmente al otro de todo aquello que nos gustaría que fuera, o que hiciera. No lo notamos hasta que sentimos la decepción, hasta que probamos ese sabor amargo que hay que tragar, dejar pasar y continuar. Por eso, pienso que es tan difícil olvidar a alguien que jamás te decepcionó. ¿Continuará entonces para siempre idealizado, cristalizado?
Supongo que no, que es probable que conozca a alguien aún mejor quizá, seguiré sin saberlo por ahora, pero mientras tanto, realmente extraño esa sensación, es bueno haber descubierto que hay una parte de mí que siempre hace daño, para poder atarla, controlarla, y no cometer un mismo error una y otra vez, después de todo dicen que no se puede correr para siempre del amor ¿no?

UN IDEAL DEL AMOR (3 de julio)

Tal vez no he vivido el amor del que todos hablan, ese amor que me suena tan platónico, tan ficticio, y tan lejano. Definitivamente creo en que existe, y creo también en que existe en muchos y variados tipos y tamaños. Pero ¿cómo es posible medir algo así? Simplemente no lo es. Cuando se ama, no todo es blanco y negro, no todo es sí o no, lo simple se torna complicado, lo blanco puede tornarse gris, y lo negro también. Quizá el amor, por sí solo no es nada complicado, pero como se nos es dado a los humanos, debemos complicarlo… Es así.
De un momento a otro una relación puede cambiar por completo y no está ni un poco en nuestras manos. Queremos controlarlo todo, sin dudas, qué más nos gustaría que eso, pero al paso de cada instante y de cada latido de otro corazón vemos que es imposible, que todo es incalculable, que todo esta cambiando a milésimas de segundos, que en cada una de esas milésimas se toma una decisión, se elige un camino, se aprende algo, vemos que no se puede comparar un amor con otro, ni la cantidad, no se puede medir cuánto ama alguien a otra persona, pero supongo que puede haber miles de tipos de amor, supongo que va cambiando siempre, que ni un solo día el amor es el mismo.
Es increíble y asombrosa la cantidad de cosas que suceden a cada minuto, es impensable la cantidad de personas que se están enamorando mientras yo estoy escribiendo esto y pretendiendo saber algo del amor. Creo a fin de cuentas, que ninguno de nosotros lo sabe, no hasta que se encuentra a sí mismo renunciando a todo por alguien más. No importa el amor que sea, pero si es puro y leal, nos conduce a dejar nuestra piel y alma y entregarla en bandeja a otro.
Yo no conozco lo que es entregarse a alguien, porque supongo que soy demasiado egoísta para poder hacerlo, supongo que siempre busco el motivo por el cual escapar, el más pequeño agujero me sirve para escabullirme y no tener que enfrentar todo lo que puede suceder si me entrego por completo a las manos de alguien más, si mi corazón dejara de pertenecerme y se lo regalara sin condición alguna, sin esperar nada a cambio, me da pánico la sola idea de pensarlo, ¿por qué? No lo sé, espero averiguarlo pronto. Ese es uno de mis tantos problemas, pensarlo. Intento tanto pensar el amor que no sé si seré capaz de reconocerlo.
Se que lo veo todos los días en algo diferente, en una cara diferente, en gestos y personas distintas, sé que está ahí ese tipo de amor que deseo. Hoy lo vi en muchas parejas, lo veo también todos los dias en mis padres aún cuando se resuma a compañerismo desde mi punto de vista, sé que es mucho más profundo que eso, se que el uno sigue al lado del otro porque hay una fuerza más grande que todos nosotros que los mantiene unidos.
Supongo también que no se reduce a un simple lazo, a veces es una cadena aun más solida y fuerte que el hierro, aún cuando del otro lado no haya un gancho al cual sostenerla, es tan difícil desprender cada eslabón. Representa recuerdos, alegrías, tristezas, momentos, cariño. ¿Cómo se desarma una cadena de ese calibre?
Yo pienso que el que ama, sabe que ama, y no necesita un porqué, porque lo que siente es suficiente como para que esa pregunta deje de tener sentido alguno. Cuando comenzamos a dudar si queremos o no a alguien, en ese preciso instante estamos dudando del amor, y cuando de algo así se duda, es porque ya no existe por completo lo que lo sostenía, es porque esa cadena de nuestra parte se va desenlazando. Pero, qué se yo del amor ¿no? ¿Qué tanto puedo saber de algo que no he vivido aun?  
Después de todo este tiempo, siempre intento pensar que hay alguien ahí afuera esperándome, hay alguien en algún lugar que cree en todo esto y que me necesita. Claro que sigo lo bastante ciega para poder reconocerlo pero no quiero negar lo innegable, eso sería caer en ceguera también.
Había decidido dejar de escribir, dejar de utilizar a las palabras para refugiarme y mantener tu recuerdo, pero me di cuenta que no eran necesarias para eso, te sigo recordando todos los días, todas las noches, y todas las mañanas. Te recuerdo en el sol, en el agua, en la brisa del viento, te recuerdo en cada estúpido e inútil paso que doy hacia delante, creyendo que voy hacia algún lugar cuando me sigo manteniendo en el mismo. Te recuerdo hasta cuando no me doy cuenta de que lo estoy haciendo. Pero se ha vuelto triste, ¿sabes? ya no quiero esto para mí, y sí decidí una y otra vez que te tengo que olvidar, eso ya lo sé, pero ya no puedo contar las veces en las que me arrepentí de cada decisión. ¿Acaso será lo que estoy sola, lo que ya no puedo refugiar mis pensamientos en alguien más? Será que te retengo así porque te idealicé tanto que soltar ese ideal de perfección me haría ver una realidad que no quiero ver. Pero estoy creciendo ¿no es así?, tengo que enfrentar lo que esté preparado para mi, y he podido enfrentar cosas aún peores, cosas que me han dejado abatida, entonces ¿qué necesita uno para soltar un ideal así?
Un ideal es dañino, ¿por qué idealizamos todo? Una persona, un ser querido, un padre, inclusive creemos que el amor puede ser perfecto, ¿somos tan autodestructivos que necesitamos tener ideales de las personas? O ¿somos ciegos y no queremos ver la realidad tal cual es? ¿Qué bien nos hace idealizar a alguien? Ninguno! Nos aferramos tanto a esa idea que olvidamos por completo cómo en realidad son o han sido las cosas, olvidamos que pudo haber errores de por medio, que puede haberlos y que los habrá, somos humanos, NO seres divinos.
Realmente necesito que la persona en el espejo me diga BASTA, realmente necesito forjar un camino lejos de lo que fuiste para mí, porque solo mantengo un ideal de un recuerdo y eso es lo que sigue haciéndome daño… Así que BASTA, no voy a dejar de pensarte de un día para el otro, pero sé que cada vez que llore me voy a recordar a mi misma: “no seas idiota, sos mejor que esto, servís para más que para estar llorando por algo que hace mucho no existe”. Y sí, me lo repetiré las veces que sean necesarias hasta que las lagrimas dejen de caer, hasta que un día aun sin la presencia de alguien más por mí misma pueda lograr no pensarte así, y recordarte bien pero sin daños colaterales. 

LET IT GO (29 de mayo)

El año pasado, entre muchas cosas, aprendí a sentir, a dejarme llevar con efusividad sin importar lo que pasara después, a arriesgarme aunque haya sido mínimamente, a ver cómo se disipan las nubes si te dispones a ver el sol que está detrás.
Realmente aprendí muchas cosas de algunas malas rachas, y supongo que es como dicen: de lo malo se aprende mejor. Es por eso que hoy, estoy día a día dándome cuenta de quien quiero ser, de cómo no quiero ser, y de que no importa quien fui un año atrás, o dos o tres, ya no importa porque aprendí que del despecho no sale nada bueno, de los errores queda culpa, sí mucha, pero hay que dejarlos ir. Aprender más que nunca de cada error, pero no cargar con ellos para siempre…
Hace un año, no sabía que deseaba lo que recibí, no sabía qué necesitaba, sólo sabía que quería un salvavidas, salir a flote de un río tumultuoso y turbio. Sabía que la tormenta iba a tardar en pasar, pero necesitaba que me hicieran ver la luz de todas maneras, para sentirme un poco más fuerte y para poder seguir estando bajo tanta lluvia.
      
      
Y realmente ese salvavidas llegó justo, justo cuando estaba entre rocas y golpeándome una y otra vez. Pude confiarle todos mis secretos, incluso aquellos que más temor me causaban, pude contarle lo que había cambiado mi historia, lo que había iniciado mi tormenta. Pude gracias a él, ver la claridad de lo que me rodeaba, ver que aún en medio del caos se puede apreciar hasta un diente de león. Sé que suena un poco absurdo, pero hablo de un diente de león, así de frágil, e inestable, que con cualquier soplo deja ir volando cada una de sus partes. Podía incluso admirar un día de sol, los árboles con hojas secas en mi otoño favorito, incluso hasta el día más lluvioso y frío tenía un significado profundo.
Pero volvamos al diente de león, es una metáfora con otro sentido en realidad, no es que intente causar conmoción ni mucho menos, pero así era como me sentía cuando ese salvavidas llegó: podía dejar ir todo en mí, dejar que todo vuele y que nada más importe, tan solo un momento al día y no es difícil imaginar cuál.

Hace un año, no sabía todo esto, por un simple hecho: no había vivido todo lo que viví después de que mi salvavidas se fue. Es increíble cuánto los humanos necesitamos dejar ir lo bueno para poder ver su valor completo. Es una de las tantas idioteces y errores, pero supongo que necesarios.
Supongo también que a veces es necesario que te abran los ojos, que te despierten, que veas la realidad y no el sueño. Que no confundas, el sueño guarda los lugares más inhóspitos y profundos de lo que sentimos y no admitimos, de lo que callamos y no decimos, de lo que negamos por no reconocer.
Todo esto, hasta hace un año atrás, no lo hubiera descubierto de no ser por las veces que caí y me levanté, de no ser por la vida misma que me fue mostrando que aunque la realidad a veces sea mucho mas dura que el sueño y que las ideas, vale la pena seguir en ella. Vale la pena despertar siempre más que vivir en un dulce sueño.
Hoy, casi un año después, descubrí que puedo ser fuerte y crear mi propio salvavidas. Hoy que por fin la tormenta ya no es tan fuerte, que el río comenzó a correr en una sola dirección, admito y reconozco que no puedo seguir reteniendo una idea de aquel salvavidas por no haberlo sabido cuidar como merecía. Fue como la flor del Principito, único en el mundo, pero no sirve de nada seguir reteniéndolo en mi inconsciente, en mis sueños, en mi memoria y mucho menos en mi presente porque así no se enmienda el error. Me salvó y yo lo dejé de lado por mera inmadurez, indecisión, inestabilidad, o quizá por incapacidad de cuidarlo como oro. Ya verdaderamente no importa por qué, lo que hoy importa es dejarlo ir, no sentir culpa porque sé que por haber cometido ese error, no lo cometeré de nuevo en el futuro.

                                      

Ahora sé que el año pasado deseé amor y que lo recibí, quería dejarme llevar por el sentimiento y en un principio lo logré, pero no supe dar nada de mí, no supe corresponderlo. Sin embargo, no puedo arrepentirme de eso porque ahora sé que nada puede quitármelo, nada ni nadie puede quitarme lo que viví, y es por eso que ahora escribo, por todo aquello que sentí en ese entonces y que vale la pena que haya existido y que absolutamente todo haya ocurrido de la manera en que ocurrió. 

ES HORA (30 de abril)

“Cuánto te quise, quizás, seguirás sin saberlo”… Sí, probablemente nunca lo sepas, yo ni siquiera lo sabía hasta hace unos meses. Son muchas las cosas que no sabemos de nosotros mismos hasta que llega el momento de reacción, hasta que llega un flash que a veces paralizante puede hacernos recordar en milésimas de segundos miles y millones de pequeñas y grandes cosas. Esas cosas pueden llenarnos de alegría en el momento adecuado, y pueden hacernos doler hasta lo más profundo en el momento menos esperado. Nunca piden permiso para aparecer, son las clásicas visitas indeseadas al alma, sólo para recordarnos lo que perdimos en el camino, lo que debimos haber hecho, lo que pudo haber sido…


Puedo seguir días, semanas, meses escribiendo sobre vos, y lamentándome una y otra vez de mí misma por haber sido así de idiota, pero creo que jamás llegaría a nada más que eso, sentir pena por esta idiota que no supo cuidar nada.
Anoche, decididamente no estaba lista para verte, y sólo un instante fue suficiente para cambiar mis expresiones, hubiera querido que fueran de alegría, hubiera querido que vengas a preguntarme cómo he estado, qué ha sido de mi, cómo están mis cosas, hubiera querido simplemente un “hola, como andas?, tanto tiempo”, aún cuando no fuera a interesarte la respuesta. Pero supongo que ni derecho a un saludo tuyo me queda, no debería ni siquiera esperarlo, mientras vos sos la única cosa en el mundo que deseo, mientras sos la única persona en mi planeta, yo quizá sea la última persona que quieras ver, aquella que ni siquiera recuerdas porque decidiste dejarla atrás como se deja lo que no nos ha hecho bien. No pienso que esté mal, en tu lugar habría hecho lo mismo, supongo que debo guardarme un “lo merezco” y callarme de una vez.
Yo puedo callarme a mí misma, claro que sí, pero ¿quién calla a lo que llevo dentro? No cesa de hablar, de gritar, de llorar, y verte otra vez lo imaginaba diferente. Eso es lo malo de tener tanta imaginación, que lo que sueño e imagino no corresponde nunca con la realidad. Por si querés saberlo, por si me animo a que leas todo esto algún día, me imaginaba No soltándote, No dejándote ir, me imaginaba tal y como lo he soñado últimamente a la noche, abrazándote fuerte sin explicación alguna, sin aviso previo, sin palabras que lo arruinen. Lástima que todo en el momento me detuvo, tu indiferencia, tu No mirada, tu No saludo, tu No atención. Perdón que todo esto suene tan reclamante, es sólo que en mi imaginación verte otra vez significaba otra cosa, y de alguna manera fue decepcionante. Yo fui decepcionante, pero dolía demasiado, si supieras cuánto. Tanto que me dejé llevar por ese dolor punzante y constante, no pude ejercer control alguno, era como si cada una de las muchas personas y caras que había allí perdieron sentido, todo era borroso y sentía que yo misma no pertenecía a ese lugar en ese momento, que una parte de mí no estaba ahí sentada, no veía ni siquiera las caras amigas que intentaban hacerme volver. Sí, me había ido, algo muy fuerte me invadió, y como todo lo que invade, nunca pidió permiso. No tuve opción que dejarlo entrar para después hacerlo salir con toda la fuerza que llevaba consigo..


Ahora sé como se siente volver a verte y creo que lo más sano es que no vuelva a suceder y que nuestras vidas sigan el curso “normal” que venían llevando, ni siquiera sé como ha seguido la tuya, pero la mía ha estado casi vacía desde hace tiempo. Aún así, es hora de seguir, hora de dejar atrás lo que debe quedar atrás, y dejar aquí una pequeña imagen tuya por si acaso deba reconocerte en unos años, no quiero olvidar tu rostro del todo, aunque a veces me gustaría. Pero, de todos modos, el problema no es el recuerdo, el problema es mantenerlo aquí, en el ahora, donde no debe estar ya, a donde ya no pertenece. Así como el segundo anterior que acaba de irse, que desde ahora pertenece también al pasado, así debo seguir, dejarte ahí en un cajon con muchos candados y cerraduras con una muy pequeña fotografía tuya, y aquella tarjetita sí, esa también debe estar ahí, pero ahí deben quedarse y no salir. Estando allí, en mi cajón, son inofensivas, no pueden hacerme recordar, es por eso que si algo tengo que decidir hoy es a no pensarte más, no continuar este recuerdo constante que día a día me frena en el tiempo y no me deja lugar a nada. Te quise más que a nadie, pero es hora de dejarte ahí…