viernes, 22 de abril de 2011

DÍAS COMO HOY


 “No eran las esquirlas del rencor, eran telarañas en el corazón”… Y no hago más que retener tu imagen en mi mente días como hoy, días en que quisiera recordarla y no recordarla. Días como hoy quisiera no tener huecos y espacios enormes en las habitaciones de mi alma, no quisiera tener telarañas en los recuerdos de tanto retenerlos, de tanto intentar olvidarlos, aún cuando se sabe que no lo logro del todo. Días así, como hoy, a esta hora, en este momento, con esta misma ropa puesta, con la misma silla esperándote, la misma cama pero sin vos en ella, el mismo escritorio lleno de cosas sin importancia, permanecen… 


Todo lo que no tiene importancia permanece, sigue estando en el mismo lugar, sin embargo vos, vos no estás acá sentado mirándome hablar, escuchando en mi mirada lo que mi voz no sabía pronunciar, esperando más de mí de lo que yo misma podía esperar.
Días como hoy, la lluvia está ocupando tu lugar, “hoy llueve, hoy duele” dice una de esas canciones que usualmente escucho para retenerte en mi mente, divagando un ratito por lo menos para no olvidarte del todo, deseando que estés en mi puerta esperándome y no en mi mente siendo irreal.

  

La lluvia siempre me ha gustado, siempre he disfrutado el escuchar las gotas caer, una a una, golpeando el suelo… es solo que hoy cada gota lleva tu nombre, tu rostro, y no quiero verlas, no quiero disfrutarlas si no estás acá, no tengo la valentía para mirar esos recuerdos y que no duelan en la parte izquierda de mi pecho. Ni siquiera soy tan valiente como para retener las gotas que lentamente caen de mí, hoy llueve por dentro porque ya no recuerdo tu voz, por mucho que lo intento ya no puedo sostener el hilo que conectaba el recuerdo con tu dulce voz, lo perdí quizá hace tiempo y sin darme cuenta. Y yo que tan identificada me sentía con aquella canción “Nunca podré olvidar tu voz, ni aunque pierda la memoria…” hoy me suena lejana, como todo lo que solía estar cerca de mí se alejó, la alejé, la ahuyenté.
Ya no puedo si quiera recordar cuánto y qué tan rápido latía ese motor que llevo en mi parte izquierda, ya no recuerdo cómo era dejarse llevar por ese ritmo fugaz, efímero, eufórico. Ya no recuerdo cómo era que tu corazón y el mío latieran así, al mismo tiempo, los dos juntos e irremediablemente locos, sintiendo el uno por el otro lo que la noche y el día generaban, sintiendo ansias cuando no estábamos cerca y sintiendo una maravillosa mezcla cuando sí lo estábamos. Sintiendo sí, sintiendo mucho y pensando poco. Eras lo que más necesitaba en aquel entonces, ¿cómo puede ser que no recuerde tu voz? tus Te quiero, tus consejos, tus chistes, tus halagos, tus verdades. ¿Cómo puede ser que un día deje de recordar algo tan intenso? Si aun sueño con tus gestos, aun sueño tu mirada, y allí en el compartimiento secreto de los sueños eres feliz, sonríes como solías hacerlo, y allí soy valiente y aprovecho tenerte conmigo, allí nuestros labios se rozan y aunque lo que nos rodea no tenga sentido, vos completas todo sentido. Pero… ya no sé si quiero seguir soñándote en momentos tan felices, porque se que al despertar es imposible que todo aquello se haga realidad. No soy valiente, para nada… entonces ¿Por qué me atrevo a soñarte? Si debo enfrentar la cruda realidad al despertar…


Días como hoy, quisiera despertar, despertar y tenerte, despertar y que me abraces, que seques las gotas que extrañamente dejo caer y me digas que todo va a estar bien, que me quieres y que eso no ha cambiado, como solías hacerlo…
Es solo que días como hoy quisiera no estar escuchando el sonido de este corazón que se ha cansado de intentar encontrar en otros sitios lo que solo encontraría en tu sitio. Días como hoy quisiera saber dónde estas, aunque no vaya a buscarte, quisiera poder ver la lluvia y mágicamente escuchar tu voz, así podría guardarla para siempre y no olvidarla nunca mas… Días como hoy quisiera viajar hasta donde sea que estés, contarte todo este gran secreto y ser valiente por primera vez en mi vida, confesarte que nunca nadie podrá reemplazarte, porque nunca encontraré otra gota en medio de esta lluvia que se parezca a vos…


En días así, quisiera estar ausente de mi, y estar presente en vos, en tu motor izquierdo, en tus recuerdos, y en cada sitio, así como vos estás en cada rincón de esta habitación que nunca será la misma… nunca perteneceré a este mundo así como lo hacía cuando estabas conmigo.  Nunca mi alma tendrá el mismo latido acelerado como cuando te pertenecía, porque vos lo provocabas, o quizás sí, quizá consiga sentir otra vez un latido similar, pero no será igual…
En días así, y en el resto de los días, solo me queda esperar a encontrarte de nuevo alguna vez, no importa el sitio, ni el momento, ni el modo, tan solo esperaré, “…en algún lugar, te espero”.

No hay comentarios: